Se calcula que para el 2021, los delitos cibernéticos alcanzarían los 3,5 millones de casos en el mundo. Ante esta situación, cobran mayor relevancia los hackers éticos, conocidos también como hackers de sombrero blanco que actúan como herramientas preventivas antes ataques de piratas informáticos.
Un hacker ético intenta busca puntos débiles que puedan ser explotados por hackers maliciosos. Esta información es utilizada por la organización para mejorar la seguridad del sistema, minimizar o eliminar un posible ataque.
La ciberseguridad es una de las principales preocupaciones de muchas empresas porque un ataque cibernético puede perjudicar la rentabilidad, impedir la expansión o incluso la supervivencia de las compañías.
Para garantizar la seguridad y hacking se debe identificar los vacíos en los puntos de acceso objetivo o las redes que son propensas a ser atacadas. La máxima prioridad de hacking ético es descubrir y eliminar cualquier riesgo de seguridad.
El hacker debe obtener un permiso expreso por parte de la empresa para que el pirateo se considere ético. Validando así la seguridad y el hacking. El objetivo principal está en informar al desarrollador o al fabricante sobre cualquier vulnerabilidad de seguridad.
El pirata contratado está obligado a mantener la confidencialidad de los eventos que se desarrollen durante su proceso. Esto incluye a cualquier persona, como los empleados de la misma organización.
Las compañías que contraten los servicios de un hacking ético deben exigir unos registros de todo lo que se hace. Siempre deben mantenerse registros formales de las pruebas y los resultados obtenidos.
Los piratas formados en hacking ético pueden proporcionar al personal de TI las tendencias y los métodos de ataque. De esta manera, se blinda ante los piratas y las tácticas que utilizan para adquirir acceso ilegal a los datos.
Los hackers operan en la web oscura, comparten scripts y planifican ataques conjuntos que no pueden detectarse de forma convencional. Por su parte, los piratas informáticos éticos tienen experiencia en navegar por la red oscura, descubriendo un ataque antes de que ocurra.